Cuatro premios Nobel apelan a OpenAI: "Más transparencia sobre la inteligencia artificial"

El 6 de agosto de 2025, una carta abierta, publicada en el sitio web openai-transparency.org y coordinada por el Proyecto Midas, obtuvo 2700 firmas, entre ellas las de los italianos Giorgio Parisi, Geoffrey Hinton, Oliver Hart y Sheldon Lee Glashow. Los firmantes acusan a OpenAI de llevar a cabo la reestructuración interna "a puerta cerrada", negociando en nombre de la humanidad sin revelar los términos de los acuerdos ni permitir la supervisión externa.
De organización sin fines de lucro a organización con fines de lucroEn sus inicios en 2015, OpenAI se presentó como un proyecto sin fines de lucro con un objetivo específico: desarrollar la Inteligencia Artificial General (IAG) "en beneficio de toda la humanidad". Las restricciones legales y una junta directiva independiente debían garantizar que el interés público prevaleciera sobre la lógica del mercado. En 2019, para captar capital y acelerar la investigación, se creó una estructura corporativa de "ganancias limitadas", en la que la rentabilidad de los inversores no podía superar cien veces la cantidad invertida. Un delicado compromiso que ahora parece estar en debate.
La cuestión de las ganancias y los documentos confidencialesSegún los promotores, el límite de ganancias para los inversores se ha modificado para permitir aumentos de hasta un 20 % anual, transformando así una restricción rígida en una curva de crecimiento potencialmente infinita. El sitio también alberga documentos de análisis legal y referencias al acuerdo operativo de la LLC ( el texto que define la gobernanza de la empresa), que solicitan que se publique íntegramente.
Siete preguntas para OpenAILa carta plantea entonces siete preguntas clave:
- ¿Seguirá vigente la obligación legal de priorizar la misión pública por encima de las ganancias?
- ¿La organización sin fines de lucro mantendrá el control estratégico de la organización?
- ¿Qué ejecutivos de organizaciones sin fines de lucro recibirán acciones en la nueva estructura?
- ¿Se preservarán los límites a las ganancias y los beneficios excedentes se asignarán al beneficio público?
- ¿Se comercializará la IAG potencial o permanecerá bajo control sin fines de lucro?
- ¿Se respetarán los principios estatutarios, incluido el apoyo a organizaciones más responsables en caso de que se produzcan acontecimientos críticos?
- ¿Se harán públicos los términos de la reestructuración?
El Proyecto Midas, autor de la carta, colabora con el Proyecto de Supervisión Tecnológica para mantener los Archivos OpenAI , un archivo de investigaciones sobre la gobernanza, incidentes y controversias de OpenAI. También contiene quejas de exempleados y solicitudes de protección para denunciantes, como en la carta pública de junio de 2024.
Un largo debateLa carta abierta de los ganadores del Premio Nobel se enmarca en un debate más amplio sobre la transparencia de la inteligencia artificial. Geoffrey Hinton , tras dejar Google en 2023, ha advertido repetidamente sobre los riesgos existenciales de la IA y ha solicitado organismos internacionales de supervisión independientes. Demis Hassabis, fundador de DeepMind, aunque más optimista, aboga por unas normas globales comunes. Los académicos investigan cada vez más cómo verificar de forma independiente la seguridad, la imparcialidad y la privacidad de los sistemas automatizados, reafirmando el derecho a impugnar las decisiones tomadas por las máquinas.
La posición de OpenAILa compañía, que actualmente está lanzando GPT5 , rechaza las acusaciones de opacidad y afirma haber logrado avances: ha publicado investigaciones de seguridad, publicado modelos de código abierto y realizado consultas públicas sobre políticas y usos permitidos. Sin embargo, según los ejecutivos, la transparencia excesiva en los detalles técnicos podría facilitar el abuso y generar nuevos riesgos, por lo que debe utilizarse con cautela.
La confianza y el futuroPara los firmantes de la carta, la transparencia intermitente no es suficiente: necesitan acceso total a los documentos que definen la estructura y la misión de la empresa, para garantizar que las decisiones estratégicas no estén impulsadas únicamente por las ganancias.
El problema va más allá de las empresas individuales. Se trata de decidir cómo gobernar una tecnología capaz de impactar profundamente la sociedad y la economía. Sin reglas claras ni supervisión pública, advierten los promotores del llamamiento, el riesgo es que el futuro se decida lejos de la mirada de quienes lo vivirán.
repubblica